¿Y cuando sentís que se te va el alma? ¿Dónde se
la busca?. Esta vez está siendo más complicado, mas por el lado emocional, una
vez que el cuerpo lamentablemente se acostumbra al dolor de los pinchazos, de
las cortadas, los tirones, es como que tocas un botón y dejas de sentir, solo
reaccionas con un “auch” o un “esto duele mucho”, pero solo lo hago por
instinto, ya no siento o trato de hacer lo posible para no sentir.
A veces mi cabeza no piensa, solo se queda en blanco, como si se escapara de
mí, si se fuera a un lugar distinto, exiliada de toda la realidad.
Hoy me dieron el alta temporal hasta la otra etapa, cuando llegué al
departamento, no me sentía libre, mi mente solo imaginaba estar en la cama de
hospital, entre esas cuatro paredes, no podía sentirme de alta, me agarró miedo
de que cualquier cosa por más que mis defensas estuvieran bien, que algo me
volviera a dañar y tener que volver con la ilusión por los suelos a estar encerrada.
Quedé en corto, con miedo, esta vez es otro mundo que estoy conociendo,
otros métodos, otra gente. Me acostumbré a vivir tranquila, como si yo fuera
invisible para la enfermedad, pero la verdad que al final nadie está a salvo o
quizás el miedo está muy dentro de nosotros, evitando cualquier posibilidad de
pasar por una situación así, hasta que dolorosamente pasa, te golpea y te pone
en tu lugar.
Quizás no es bueno planear a futuro, o quizás es bueno no dejar de planear pero recordando siempre que nuestro futuro es incierto, que no lo manejamos
nosotros, que cuando pensamos tener todo bajo control algo puede arrasar con
todo dejándote sin nada.
A los golpes se aprende dicen, no sé si merecía ser golpeada tan fuerte pero
si, es verdad, después todo cambia, desde como hablas hasta como sentís, tus
pensamientos no encajan con los de los demás, ves cómo la gente se hace
problema por cosas tan superficiales y vos solo pensas:- che estás vivo, no estás
en una cama de hospital, no estas pensando si pasas o no de este día.
Y nuevamente estoy internada, esperando el anhelado
trasplante de médula que va a ser este viernes 03/08/18, no sé cómo sentirme,
tengo miedo e incertidumbre, quiero avanzar y sacarme de encima toda esta carga
que no deja que respire tranquila por las noches, que hace que tema por mi vida
segundo a segundo. Pero no quiero esperar lo del medio, estoy tan cansada de
esperar; solo quiero irme a casa de una vez, quiero estar con mi familia, mi
novio, estudiando lo que me hace feliz, vivir una vida normal, que solo me
preocupe si me resfrío o no. Ya estoy harta de no estar en mi casa, de tener
esta rutina de hospital, quiero dormir en mi cama y comer lo que quiera cuando
quiera, quiero llegar y tirarme en la cama con mis gatos sin tener que
preocuparme por cosas así nunca más.
No veo la hora de que todo esto termine de una vez y que sea para siempre,
simplemente no tengo fuerzas de ningún tipo, ya mis piernas flaquean y mi
corazón duele con cada día que trascurre.
Quiero una vida tranquila para mis padres, que nunca más tengan que
preocuparse por la posibilidad de perderme o que tengan el mismo miedo de vuelva
o no a pasar, quiero paz, felicidad y pura calma.
No sabia que me iba a doler esa cosita llamada "alma". Con 15 años descubrí la enfermedad que cambió de manera impresionante mi vida y de las personas que me rodean. Me sané, disfruté la vida durante 3 años. 2018 volvió la leucemia, volvió a arruinarme lo que había estado construyendo, todo se volvió oscuridad, esa oscuridad que estaba queriendo enterrar. Y acá estoy, escribiendo lo que me pasa, mis pequeñas alegrías y todos los tropezones que me estoy pegando en este camino.
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