jueves, 29 de octubre de 2015

Recta final.

Me acuerdo como todo empezó, como toda la vida me cambió, como mi mundo el cual yo creía estable se deshacía en mis manos como arenilla simple arenilla que se te escapa entre los dedos dejándote las manos limpias sin rastros, es dejar de respirar, de ver como todo para, de ver como se te está por pasar una etapa que no vas a recuperar, disfrutar ni siquiera recordar, es pensar en todo lo que vas a perder sin aún pensar en lo bueno que más adelante vas a recibir. En ese momento solo es oscuridad, ni una lucesita, destello, nada, solo sos vos y el cáncer, mano a mano, frente a frente, sabiendo que en cualquier momento puede pasar lo peor, el miedo te rodea, te asfixia pero a tal punto que no te ahoga, la incertidumbre te hace estremecer cada parte del cuerpo y del alma misma, es saber que la muerte está ahí, a lado y suena horrible, se te congela la sangre, esa brisa fría por el cuello te pone la piel de gallina en segundos. Son sensaciones que lamentablemente las pasé, nadie nunca las tendría que experimentar.
 Saber que pude haber muerto caminando por el centro o estando simplemente con amigos/familia es algo fuerte de recordar, por eso ahora veo la vida de otra forma, me enoja ver como hay gente que se queja por minorías, por cosas que hoy, mañana o quizás un mes esté mal pero que después llegan a mejorar, me enoja sabiendo de todas formas que es "chiste" el que digan: 'me quiero morir' 'que vida de mierda' entre otras cosas de habla cotidiana.. No entendiendo que más lindo es vivir, abarca todo lo bueno de la existencia, no nos damos cuenta hasta que nos pasa semejante cosa, somos tan tontos, tan ciegos para cosas que realmente tienen importancia, es tan pero tan cierta la frase "no nos damos cuenta de la importancia de las cosas hasta que las perdemos" y hay demasiadas cosas que no sé recuperan, que una vez que se van solo se van, ya no está a nuestro alcance el hacer algo para recuperarlas.
Por eso me decidí enfocarme en la sencillez, en la simpleza de las cosas, en el amor, la amistad, la vida, obvio soy humana, voy a tener mis días de berrinches, enojos y más pero tampoco me voy a volver loca sabiendo que puedo buscar la vuelta y seguir tranqui por la vida.

Volviendo al tema por el que vine a escribir nuevamente es para recordar con orgullo y un aire de nostalgia supongo.
Llegué un mediodía caluroso a Buenos Aires, Pilar para ser más exacta, obviamente nosotros estábamos en la pampa y la vida, 0 idea de nada, todo nuevo, gente nueva, se venía pesada la mano, miles de preguntas, dudas. 
Mi estado emocional trataba de mantenerse fuerte o al menos aparentar, no por mi sino por mamá y papá que estaban aun mas asustados que yo en ese momento.
Empezamos los millones (sin exagerar) de estudios, odiaba desde lo más profundo de mi ser que dijeran: "la paciente Diamela Betker tiene un diagnóstico de leucemia linfoblástica "aguda", no quería eso, no quería que dijeran que yo estaba mal, que en esos momentos mi vida estaba en juego, pero no importa lo que yo quería escuchar ya que era lo que estaba pasando.
Sangre, sangre y más sangre.
Pinchazo por acá y por allá también.
Transfusiones de sangre, plaquetas, granulocitos.
Placas, radiografías, electrocardiogramas, resonancias, estudios que ya ni los nombres me acuerdo.
Medicación, calmantes, cócteles y cócteles de pastillas.
Los primeros meses fueron el infierno mismo (nuevamente sin exagerar), no salí del hospital ni un solo día, mi estado era muy malo, la leucemia se hacia estragos conmigo, me estaba consumiendo lenta y dolorosamente, todo venía mal, nunca parecía que iba a mejorar, mi médula estaba tan enferma que no producía nada por si sola, así que era transfusión tras transfusión, encima era todo un tema, no era fácil conseguir donantes, pero gracias a Dios los conseguimos y tuve la suerte de todos mis doctores fueran compatibles conmigo, así que tengo rondando por mi cuerpo sangre de uno de ellos. ¿Acaso se me transferirán sus conocimientos médicos? ampliaremos.

Gracias a Dios y al tratamiento entré en remisión, mi médula estaba limpia, a la leucemia la habíamos frenado, otra vez estaba por empezar a vivir, de todas formas las quimios dañaban mucho mi organismo, había días muy feos, inaguantables pero los soporté, no me quedaba otra igual o si.. rendirme, pero eso no estaba en los planes.
Ya estoy terminando con el tratamiento, me faltan solamente algunas quimioterapias por vía intravenosa, luego empezaría con pastillas y ahí recién todos vamos a hablar del tema tan esperado 
¡VOLVER A CASA!. 
Prácticamente 10 meses estando acá, no puedo creer todo lo que pasé junto a mi familia, no veo la bendita hora de irme, aunque tengo miedo, lo normal supongo, pero quiero terminar, quiero que esto solo sea una experiencia para sentarme y contarla a quien le interese escuchar, quiero ir a casa y ver a toda la gente que me brindo su apoyo, quiero ser otra, quiero estar rodeada de gente que me haga bien, quiero estar acompañada por alguien que realmente valga la pena y me haga sentir que yo la valga, quiero terminar cosas que deje inconclusas, recuperar amistades, quiero estar con mi familia cada rato, quiero hacer cosas nuevas, conocer gente distinta, hacer cosas que me hagan crecer en todo sentido, ser mejor, porque si me pasaron estas cosas es por algo, es porque tengo que demostrar algo, ayudar a alguien o solo hacer algo importante, tengo 16 años y gracias a Dios puedo seguir viviendo, gracias a que Él que me dio una oportunidad aunque tal vez no lo merecía, porque no fui buena persona antes, cometí tantos errores sabiendo que estaba mal, teniendo conciencia y me costó perdonarme, porque no solo me perjudiqué a mi misma sino que todos a mi alrededor quedaron pegados cuando claramente no lo merecían.
Con un poco de miedo, puedo decir ESTOY LISTA.. ESTOY LISTA PARA EMPEZAR DE NUEVO.

Sufrí, llore, sangré interiormente, solo yo sé lo que sentí realmente, estoy llena de cicatrices tanto abiertas como cerradas pero sé que solo van a ser eso, cicatrices. Sé que ahora mi piel es débil, mi armadura está gastada pero el tiempo lo va a ir arreglando, va a ir restaurando todo lo lastimado, los moretones se van a ir aclarando y solo va a quedar esa escalofriante sensación al pasar la manos por los pinchazos, al contar las punciones, una que otra lágrima seguro me va a invadir por las noches al mirar el techo, al cerrar los ojos, quizás haya días en que voy a sentir que todo puede pasar de nuevo y querer desaparecer.
Soy una sobreviviente, soy una guerrera y lo mejor es que estoy viva y lo puedo contar.

Gracias por la gente que estuvo desde ese 23/01/2015 cuando me diagnosticaron cáncer y sigue estando, muchos desaparecieron y es entendible, pero gracias de parte de mi familia y mia por demostrarnos tanto afecto y comprensión, porque no fue fácil y lo que nos queda por recorrer todavía es mucho, pero con su ayuda y la de Dios se nos va a hacer mucho más llevadero estoy más que segura de eso.
Así que no hay palabras de agradecimiento, si pudiera los abrazaría a cada uno, pero despacito que estoy debil.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario