Llegue a tal punto de dolor que solo me administraban dosis y dosis de morfina que lograban calmar el dolor solo por unas horas y después el sufrimiento volvía, se podría decir que agonizaba si no recibía la dosis era horrible. Podía estar de lo más bien y al segundo ya me estaba doliendo absolutamente todo.
El dolor me vuelve loca, me molesta que no pueda hacer nada, me desespera que nadie haga nada.
Esto no es vivir es un sufrir diario, días llenos de pinchazos, días llenos de náuseas, días sin comer, días sin dormir, días enteros de llantos, días enteros de dolor, días llenos de sangre, días de malas noticias, días de enojo, días de frustración, días de decepción.
No sabia que me iba a doler esa cosita llamada "alma". Con 15 años descubrí la enfermedad que cambió de manera impresionante mi vida y de las personas que me rodean. Me sané, disfruté la vida durante 3 años. 2018 volvió la leucemia, volvió a arruinarme lo que había estado construyendo, todo se volvió oscuridad, esa oscuridad que estaba queriendo enterrar. Y acá estoy, escribiendo lo que me pasa, mis pequeñas alegrías y todos los tropezones que me estoy pegando en este camino.
martes, 18 de agosto de 2015
De un punto extremo a otro.
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