Así como vienen se van, pasan de una manera veloz, tenés que apreciarlos justo en ese momento porque se pueden escapar como arena entre tus manos, los días buenos en mi caso pasan como un pestañear, creo que estoy acostumbrada a recibir más malas que buenas noticias, al recibir una siento que es todo un logro.
2015 un año que básicamente ya lo perdí, estoy triste pero a la vez feliz porque perdí un año y no la vida.
La vida de la persona con cáncer es horrible, nunca imaginé que sería así, el cáncer te consume demasiado. Me da extraña sensación decir tengo leucemia, porque simplemente es feo y duele, porque es como decir " tengo una enfermedad que en cualquier momento puede terminar conmigo".
No veo la hora de poder decir "yo tuve leucemia, yo tuve cáncer, la peleé y mirenme estoy bien" terminar con ésta pesadilla es lo que más anhelo en todo el mundo.
No sabia que me iba a doler esa cosita llamada "alma". Con 15 años descubrí la enfermedad que cambió de manera impresionante mi vida y de las personas que me rodean. Me sané, disfruté la vida durante 3 años. 2018 volvió la leucemia, volvió a arruinarme lo que había estado construyendo, todo se volvió oscuridad, esa oscuridad que estaba queriendo enterrar. Y acá estoy, escribiendo lo que me pasa, mis pequeñas alegrías y todos los tropezones que me estoy pegando en este camino.
martes, 18 de agosto de 2015
Que hay días buenos los hay pero en general son días malos.
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