domingo, 16 de agosto de 2015

No pensé experimentar tanto dolor a tan corta edad.

16 años y yo considero que crecí mentalmente de una manera rápida, sufrí cosas que ningún adolescente jamas debería pasar.
Nunca llegué a estar al punto de querer morir para no tener qué seguir sufriendo.
Es un embole tener cáncer, es un horror, es la peor enfermedad que pueda existir porque no solo te consume el cuerpo sino que te consume hasta el alma, te saca las cosas que más aprecias  si bien son cosas que si vivís las vas a recuperar, pero.. ¿y si no vivís?, lo primero que perdes es el cabello, "pesadilla de toda mujer", es doloroso ver como se te cae el cabello que tanto cuidabas, te cambia todo, cuesta banda acostumbrarse a la idea de qué estas sin cabello, y entre todo eso perdes la habilidad que antes tu cuerpo tenía, es como empezar de nuevo, todo pero absolutamente todo cambia, las quimioterapias cuando entran al cuerpo revolucionan todo, a mi en lo personal me cambio hasta la forma de llorar, también se pierden los sabores de las mismas comidas que antes eran riquísimas ahora tienen todo el mismo sabor.
Nunca en la vida pensé recibir tantos pinchazos al punto de que se me haga costumbre ver una aguja atravesando mi piel como sí fuera algo normal, no es normal, no quiero que lo sea.
Me estoy perdiendo de tantas cosas, tantas salidas, tantas risas compartidas con amigas, me estoy perdiendo almuerzos familiares, lo voy perdiendo todo a medida que doy un paso, y por más que todos me digan que se va a recuperar lo perdido saben que no es así, lo que se pierde se pierde y duele.

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